En el post anterior mencionaba que solo los menos favorecidos económicamente pisaban la cárcel, y aunque ya es un tema un poco viejo, quiero poner como ejemplo el caso de Jacinta, la mujer indígena, otomí, de 42 años, la cual acaba de ser sentenciada a 21 años de prisión por el secuestro de seis agentes armados de la AFI. Sí, así como leyó.
Yo Soy Jacinta
jueves, 26 de marzo de 2009
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